La sal oculta en su dieta
Una
persona adulta consume una media de 3.400 miligramos de sodio al día,
sodio que principalmente procede de la sal que dicha persona ingiere.
Esta
cantidad de sodio incluso estando dentro de una dieta razonable, excede
considerablemente los límites recomendados de 1.500 mg para
la mayora de las personas y de 2.300 para la gente joven y sana.
Una
cucharita de sal tiene el equivalente de 2.300 miligramos de sodio.
Casi
el 90% de todas las personas adultas consumen más sal que la
recomendada, distribuyéndola por lo general en 372 miligramos
de sodio en el desayuno, 406 en el aperitivo, 1204 en las comidas, 260
en la merienda y 901 en la cena.
Ingerir
mucho sodio, un componente clave de la sal, contribuye a tener una presión
sanguínea alta, lo cual es el principal riesgo cuando se envejece
de enfermedades cardiacas.
Sin
embargo reducir el sodio de una dieta es difícil, debido a que
la mayoría de la gente no sabe donde está dicho socio.
Más
de tres cuartos o 75% del sodio que tomamos lo consumimos al comer alimentos
en bares y restaurantes.
Y
mucho del sodio que ingerimos, está en comida que no necesariamente
tiene sabor salado, como es el caso del pan y del pollo.
El
cuerpo humano necesita sodio para funcionar y para mantener un equilibrio
de líquidos teniendo a los riñones como controladores
de dicho equilibrio.
Sin
embargo cuando los riñones no pueden eliminar suficiente sodio
este se acumula ocasionando un aumento del volumen sanguíneo,
lo cual eleva la presión en las arterias.
La
presión arterial o hipertensión puede causar enfermedades
del corazón, derrames cerebrales y enfermedades renales
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