Entrenamiento
para no perder el olfato (literalmente).
Abril
2013 | Boletin
Mensual de Salud
¡Qué
importante es oler!
La
nariz es un órgano muy laborioso, con poderes mucho mayores
de lo que la mayoría de la gente piensa.
Un
agudo sentido del olfato ofrece más sabor, más seguridad,
e incluso más felicidad.
Los
poderes olfativos se degradan con el paso de los años, originando
una detectable pérdida para muchas personas al llegar a los
30.
Poco a
poco, pueden llegar a deteriorarse tanto que algunas personas no pueden
percibir el olor de una comida rancia o una fuga de gas doméstico.
Hay ejercicios
que usted puede hacer en casa para proteger e incluso perfeccionar su
sentido del olfato.
Alguien
que es daltónico puede mirar el color rojo y el color verde durante
todo el día, pero nunca los va a ver.
Sin embargo
con el olor, usted puede realmente hacer que las conexiones nerviosas
actúen y oler lo que quizás antes no podía oler.
Una pérdida
en la capacidad de oler por lo general trae una cierta pérdida
en el sabor. Ambos sentidos contribuyen al sabor percibido.
Cuando
masticamos y tragamos, las moléculas volátiles de la comida
van a través de la parte posterior de la cavidad nasal a los
receptores olfativos en el techo de la nariz.
Si usted
mantiene la nariz cerrada y pone chocolate en la boca, el chocolate
no le sabrá a nada.
Las infecciones
respiratorias, la contaminación, trauma en la cabeza y enfermedades
como la diabetes tienen el potencial de poner en peligro nuestro sentido
del olfato.
A veces
el problema es temporal, el resultado de un ataque ambiental como el
humo del cigarrillo o vapores químicos.
Hay ejercicios
sencillos para practicar en casa que los perfumistas y otros profesionales
"olfateadores" recomiendan para mantener el sentido del olfato
en forma.
Algunos
de dichos ejercicios pueden ayudar a detectar un déficit necesario
de atención médica.
El doctor
Alan Hirsch, director del centro Tratamiento del Olor y del Sabor &
Research Foundation, en Chicago, recomienda los siguientes ejercicios:
Cierre
los ojos y saboreé un helado de vainilla y uno de chocolate.
"Si usted no puede probar la diferencia, usted puede que tenga
un problema", indica el doctor Hirsch.
Otro ejercicio:
mantenga un poco de algodón empapado en alcohol más allá
de su barbilla. Si usted puede olerlo, su sentido del olfato está
probablemente bien.
Ron Winnegrad,
director de la escuela de perfumería International Flavors &
de Fragrances Inc. de Nueva York, enseña a perfumistas aspirantes
los fundamentos de las habilidades necesarias para trabajar con olores
y fragancias.
Su primera
regla: sea consciente del olor en su vida cotidiana. "Si usted
está bebiendo una taza de café o té, huélala
antes de beberla, y al comer alimentos, olerlos primero antes de nada",
indica este experto en perfumes. "Si usted haces esto regularmente,
usted aumentará el sentido del olfato".
Con sus
alumnos, Winnegrad utiliza ejercicios que implican oler frascos de materias
primas una y otra vez hasta que la identificación se domina.
Muchas
de las fragancias que utiliza pueden encontrarse en una cocina casera,
como la especia clavo, la canela, nuez moscada, vainilla, apio y zanahorias.
Winnegrad
sugiere mantener cada ingrediente en un pequeño frasco aparte
y oler la colección una vez al día durante una media hora.
En lugar
de tomar una profunda aspiración, tome dos o tres inhalaciones
cortas y luego exhale. "De esa manera se evitará la fatiga
de nariz".
Para ayudar
a entrenar al cerebro a discernir las diferencias entre los aromas,
el Dr. Hirsch recomienda lo que él llama " terapia de olfatear
".
Elija tres
o cuatro diferentes tipos de olores que encuentras agradables -por ejemplo,
una fragancia floral, tales como las que se encuentran en el champú
o el jabón, un aroma con sabor a fruta de bayas, un plátano
o un poco de fruta resistente, y otro olor, diferente, como el café
.
Oler estos
olores con frecuencia, alrededor de cuatro a seis veces al día,
a la larga provocará que diferentes receptores en la nariz trabajen.
Evite los
olores irritantes como la cebolla o el amoníaco, ya que pueden
obstaculizar la capacidad de oler.
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